El estado de flow en la escritura

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Este artículo pertenece al proyecto WriterMuse: creatividad para escritores, que finalizó en septiembre 2018. Encontrarás todos los artículos publicados bajo la etiqueta WriterMuse. Si te preguntas qué fue de WriterMuse, he escrito un artículo para contártelo; en el mismo podrás bajarte, además. todos mis recursos de escritura creativa.

¿Qué es el estado de flow?

El estado de flow es un estado autotélico que una persona experimenta mientras realiza una actividad interesante y exigente. Autotélico significa que la experiencia de flow es una recompensa en sí misma, al margen de cualquier beneficio o resultado externo que la actividad pueda traer consigo. Una persona que tiene una experiencia de flow se encuentra altamente motivada y disfruta profundamente durante el periodo en el que está inmersa en la tarea.Encyclopedia of Giftedness, Creativity and Talent

Mihály Csíkszentmihályi (con ese nombrecito uno solo puede hacer copia-pega).

 

Mihály Csíkszentmihályi avanzó su teoría del estado de flow (flujo o fluidez) en 1975 con su estudio Más allá del aburrimiento y de la ansiedad, y desde entonces el que más y el que menos ha oído hablar de la idea de «estar en la zona» en el ámbito del deporte, el arte, la espiritualidad…

 

Según Csíkszentmihályi entramos en estado de flow cuando estamos completamente concentrados en la tarea que tenemos ante nosotros, incluso llegando a perder la noción del tiempo. Este estado es una especie de trance en el que aquello que hacemos nos resulta absolutamente gratificante y no nos cuesta ningún esfuerzo, incluso llegando a sorprendernos a nosotros mismos con nuestra creatividad.

La escritura solo se disfruta completamente cuando alcanzas el estado de flow y sintonizas ambos hemisferios cerebrales.

El estado de flow en la escritura

El flujo o Estado de Flow es un estado subjetivo que las personas experimentan cuando están completamente involucradas en algo hasta el extremo de olvidarse del tiempo, la fatiga y de todo lo demás, excepto la actividad en sí misma. Mihály Csíkszentmihályi

¿Nunca te ha pasado que al cabo de un rato de escribir notabas que escribías más fluido y que tus palabras estaban especialmente inspiradas, conectadas con lo demás? De repente esa actividad que te habías resistido tanto a iniciar era lo que más querías hacer en ese momento, y el resultado era mejor de lo que esperabas. Habías alcanzado el estado de flow.
 

El estado de flow se consigue cuando tus dos hemisferios están sincronizados y tienen una actividad similar: no hay uno que impere sobre el otro. Tu lado más lógico y racional se alía con tu lado creativo y eres capaz de generar ideas y desarrollarlas al mismo tiempo.

 

Seguro que me has oído hablar antes de la Musa y la Sirena, el lado derecho-creativo y el izquierdo-lógico de tu cerebro, y en varias ocasiones te he recomendado que separaras uno de otro. Pues bien, en realidad no es algo tan radical; de hecho, es imposible separarlos totalmente: si lo hicieras no podrías escribir en absoluto, pues la escritura es una actividad que requiere del lenguaje (lado izquierdo) y de la creatividad (lado derecho).

 

El flow en la escritura no es seguir a la Musa al 100% y olvidarte de tu parte lógica-racional, sino conseguir el equilibrio entre esas dos partes. Esto requiere en la mayoría de los casos –especialmente en nuestra sociedad occidental heredera de la Ilustración y el racionalismo– que se potencie el lado derecho-creativo, a la Musa, y se baje el volumen al crítico interior, la Sirena. Cuando obtienes ese equilibrio, cuando le devuelves a la Musa el poder que le corresponde por derecho, obtienes un estado de flow en el que tu creatividad se ve multiplicada.

 

Los 5 factores determinantes para conseguir el flow

Estos cinco puntos tienes que tenerlos cubiertos si quieres alcanzar el estado de flow y mantenerlo. Si uno de ellos falta, es muy difícil que llegues a ese estado, pero la buena noticia es que, cuando los conoces, te será sencillo aplicarlos en tu día a día. (Y si te hace falta un empujoncito, ve al siguiente apartado para descubrir tres herramientas que te ayudarán).

La capacidad

Alcanzas el estado de flow cuando la tarea que tienes ante ti tiene un grado de dificultad medio-alto, dentro de tus posibilidades: no es demasiado trivial ni tampoco tan desafiante como para producirte ansiedad. En una escala del 1 al 10, el flow se experimenta entre el 7 y el 9.

 

Una manera de alinear tu capacidad con tu tarea es prepararse bien para ella con una investigación suficiente. Si tienes por delante una escena de navegación, nadie te pide que dediques tres mil páginas a la caza de ballenas, como hizo el enajenado de Melville en Moby Dick (quizá no fueran tres mil, pero en mi memoria lo son), pero sí que será más fácil para ti si antes lees literatura de viajes, náutica o incluso artículos de la Wikipedia.

 

Otra preparación fundamental es la del esquema por escena y la escaleta general de tu novela, que contiene la estructura de toda la composición. Cinco minutos antes de empezar a escribir pon por escrito, en forma de esquema o de mapa mental, lo que vas a escribir: te aseguro que te dará muchísima seguridad y te aclarará los posibles problemas que encuentres. Así mientras escribes no tendrás que ir resolviendo los obstáculos que vayan surgiendo y te dedicarás simplemente a escribir.

El tiempo

El estado de flow no ocurre en cuanto te pones a escribir. De hecho, es muy probable que si habías destinado una hora a la tarea, el estado de flow empiece a venirte a partir de los 45 minutos. Depende de la persona y de las circunstancias, pero lo habitual es que necesites una hora para entrar en el trance completo, aunque empezarás mayor fluidez al cabo de 15 minutos.

 
Es probable que no todos los días puedas encerrarte dos horas sin distracciones. Sin embargo, saber que cuando tengas esta disponibilidad vas a poder aprovecharla y escribir como nunca, te va a animar a intentar encontrar esos huecos: quizá una tarde en que no estén los niños o se haya cancelado un plan con los amigos, o si una noche no tienes sueño y te escabulles lleno de energía.

 

¿Recuerdas mi artículo sobre la técnica pomodoro? La alarma del pomodoro si la pones baja y en un tono agradable no tiene por qué interrumpirte, y si tienes más tiempo entre manos y has llegado a tu estado de flow, permítete seguir. Recuerda que el pomodoro debe ayudarte a superar la resistencia inicial, pero no tienes por qué seguir sus tiempos al pie de la letra.

El espacio

Hay personas que escriben mejor en ambientes activos y con mucha energía, como una cafetería, pero son unos pocos bichos raros (si eres de esos, ¿estás disponible para una entrevista?). Por lo general, el estado de flow requiere una ausencia total de distracciones, porque te apartarán de la escritura y tendrás que empezar de nuevo. También la música es un factor a tener en cuenta en el ambiente que eliges: ¿tener la música puesta te ayuda a concentrarte? ¿Qué tipo de música? En mi caso no es así, salvo que se trate de música ambiental y sin letra.

El entusiasmo

Si escribes lo que quieres y disfrutas con ello, tarde o temprano llegarás al estado de flow mientras escribes. Sin embargo, si la escena que estás escribiendo no es de tu agrado (uf, escenas de acción a mí no, por favor), será imposible que te diviertas mientras escribes, y nunca llegará el flow.

 

Es una máxima consabida que, si la escena que escribes te está aburriendo a ti, ¡cuánto más le va a aburrir a tu lector! Encuentra la manera de transformarla en algo que te gustaría escribir, y leer. Escribe para ti, para lo que te hace disfrutar, y el flow ocurrirá sin duda alguna.

La no-crítica

Lo de escribir sin editar para mí ha sido de las cosas más liberadoras que he hecho por mi escritura. No siempre escribo a ciegas o realizo un mapa mental completo, pero cuando lo necesito, sé que está ahí para ayudarme. Cuando me percato de que he empezado a retroceder y a cambiar una frase aquí y allá, vuelvo todo de color blanco en el procesador de textos y sigo adelante sin mirar atrás.

 

En el estado de flow sientes una ausencia de miedo que te permite ser todo lo creativo que puedes llegar a ser. No hay un personajillo sobre tu hombro diciéndote: «Eso es cursi», «A tu lector ideal no le va a gustar», o «Deberías dedicar los próximos treinta minutos a dar con una metáfora completamente novedosa y rompedora que te encumbre en los anales de la literatura».

 

Esto no significa que alguna de esas advertencias no esté en lo cierto; de hecho, puede que todas. Lo que es importante aquí es saber que puedes atender a esos consejos más tarde, y que mortificarte por no escribir la frase perfecta cada vez te saca de tu estado de flow.

Confía, que es lo contrario de tener miedo, y sigue escribiendo.

Cómo llegar al estado de flow cuando escribes

Vale, ahora que conoces todos los factores que están relacionados con el flow en la escritura, te voy a dar algunas herramientas que te harán más fácil llegar a ese estado.

La meditación

¿Te acuerdas de que uno de los factores era un espacio libre de distracciones? Tu mente está llena de ellas; por eso es necesario meditar 5 o 10 minutos antes de empezar a escribir.

 

Son incontables los beneficios de la meditación, pero el fundamental ahora es que te ayudará a hacer conscientes los pensamientos que te pueden estar distrayendo. En el día a día tenemos un montón de programas que funcionan en segundo plano y que nos enlentecen y nos crean ansiedad; cuando despejas la mente, respiras, y permites que venga lo que sea, solo entonces puedes hacer frente a estos procesos que te consumen tanta energía.

La libreta de eliminación (brain dump)

¿Y qué hacer cuando identificas esos programas no autorizados? Vuélcalos en una «libreta de eliminación», un espacio donde depositas las preocupaciones, las ideas que no puedes permitirte perder, las tareas del día, etc. Cuando tengas tiempo para ocuparte de todo eso, después de tu sesión de escritura, volverás a la libreta a prestarles la atención debida.

 

Es probable que te vuelvan a venir pensamientos después de haber volcado un contenedor entero en la libreta: tenla siempre cerca y descarga los nuevos, hasta que estés tranquilo y puedas escribir sin interrupciones.

Los rituales

Tu cerebro da órdenes a tu cuerpo, pero tu cuerpo también se las da a tu cerebro. Ponerse la ropa de calle por la mañana es una acción del cuerpo que le comunica a tu cerebro que es hora de despejarse y prepararse para trabajar (no es una decisión que toma tu cerebro y le transmite al cuerpo: si tú no eres un zombi mañanero, seguro que conoces a alguien que lo sea, y en ese caso ya sabes que no hay nadie al volante hasta bien entrada la mañana).

 

En lugar de echarle voluntad para empezar a escribir («venga, vamos a levantarnos un poco antes y escribir mil palabras antes de desayunar»), puedes desarrollar un ritual que ligue una acción a otra y te lleve a escribir con mucho menos esfuerzo y gastando menos de tus reservas de voluntad, que son limitadas. Puedes empezar el día haciendo un corto ejercicio (el saludo al sol de yoga, una serie de pilates, unas pesas), después te sientas a meditar, luego escribes en tu libreta de eliminación, más tarde realizas una breve planificación para el siguiente capítulo o escena, y por último te pones a escribir.

 

Cada una de estas acciones te llevará a la otra gracias al hábito: «Siempre que hago yoga después medito cinco minutos, y después de meditar, anoto lo que me ha pasado por la cabeza…», y así hasta escribir. Si cambias el orden con frecuencia, el hábito tardará más en asentarse y cada mañana tendrás que utilizar la voluntad para decidir qué haces, en lugar de dejarte llevar naturalmente por el ritual.


¿Has experimentado antes el estado de flow en la escritura o mientras hacías cualquier otra cosa?


4 Comments on “El estado de flow en la escritura”

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